viernes, 4 de febrero de 2011

SER O NO SER.





Esa es la cuestión, probablemente la cuestión mas importante de nuestras vidas, ser o no ser; es decir permitir, aflorar nuestro criterio. Nuestra forma de ser personal y única, nuestro yo o estandarizar nuestros gustos, nuestra opinión con los patrones de la moda, de la música, de la televisión, cualquiera sea nuestra elección tiene un elevado costo.
Decía mi padre Q.E.P.D. que, en esta vida, ser bueno o malo no era lo condenable, pues dependía de la comparación de tus actuaciones con los cánones admitidos en cada época y cultura, lo realmente terrible era no ser tu.
Por todas partes sufrimos los embates de medios publicitarios con mayor o menor sutileza, convenciéndonos que nuestra vida será una miseria si no adquirimos este o aquel producto, que nuestros hijos se sentirán muy orgullosos de nosotros por adquirir un carro determinado, que conseguiremos un éxito formidable con la mujeres usando un desodorante o perfume determinado, incluso que una mujer será mas libre con el uso de un determinado limpiador o una marca de toallita sanitaria o que su familia la amará con mayor intensidad por poner determinada sopita concentrada en sus guisos, enciendan el televisor y encontrarán innumerables ejemplos.  ¿Es que somos tan simples que nos creemos estas cosas?, desgraciadamente SI.   Joseph Goebbels, ministro de propaganda de la Alemania nazi decía, “miente, miente y vuelve a mentir, que algo de lo que digas queda.    La repetición y la creencia de que la “caja tonta” solo dice verdad, además de los efectos imnóticos de los que ya hemos hablado, hace que asimilemos inconscientemente cualquier información, por barbaridad pueda parecernos aplastando así nuestro propio parecer. Poco a poco van convenciéndonos en como debemos opinar, vivir, lo que es el bien y lo que es el mal, lo que es éxito o el fracaso para nuestras vidas, que necesitamos para ser felices;, todo ello según unos esquemas totalmente interesados y esa campaña, cada vez es más agresiva, convence a nuestros hijos para que se vistan de forma estrafalaria e incómoda, escuchen sonidos desagradables de letras deprimentes, pongan sus metas e ilusiones en horizontes totalmente falsos  y admiren a verdaderos perdedores y fracasados sociales imitando sus maneras y subcultura como monitos de feria, y para mar frescura les dicen que solo así tendrán personalidad o serán originales destacando sobre la masa; tan originales como los millones de borregos que siguen cabizbajos esa doctrina basada por lo general en el consumismo sobre cualquier otro principio.    Al final nos han embaucado a todos de tal forma que pasaremos nuestra vida buscando una felicidad totalmente sintética y falsa, una verdadera quimera y entretanto afanándonos cada día tirando de un pesado carro tras una zanahoria a la que jamás podremos llegar.
Y entonces, ¿Dónde estoy realmente yo?, probablemente no lo sabremos jamás, habremos pasado por la experiencia de la vida sin realmente haber vivido, sin darle la oportunidad a nuestro espíritu de encarnarse en este cuerpo que tenemos asignado durante un tiempo limitado, permitiendo que cualquiera, el que ni nos conoce y para quien somos solamente una máquina de consumir,  manipule nuestra vida según sus intereses económicos.
Despierta amigo mío, despierta de este “Matrix” en el que te han encerrado sin darte cuenta y puede que conozcas a alguien muy sorprendente, a ti.   

2 comentarios:

  1. Es cierto el ser humano es un titere de las publicidades ya que tanto la vestimenta como el uso de aparatos a medida que van evolucionando este desea que tenerlo sin tener en cuenta que por ejemplo un producto se haya elaborado hace poco y que para la proxima habra otro mejorado y este tendra tanta publicidad que la gente dejara el que compro hace una semana y querra en que saldra para la proxima

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  2. Efectivamente así creo que es.
    Lo mas terrible es que las motivaciones que nos llevan a comprar no suelen ser las del artículo, si no otras como seguridad, reconocimiento, amor, etc. y por ello el hecho de comprar no nos hará felices, todo lo mas en el momento de adquirir por que nos dá cierto control frente a los dependientes del comercio y por ello luego, a medida se desvanece esa sensación nos sentimos decepcionados. Deberíamos conocernos un poco mas e identificar los deseos reales que nos motivan, seguramente veríamos que tan solo queremos ser felices y eso solo podemos conseguirlo desde dentro de nosotros, nádie ni nada puede proporcionárnoslo.

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