miércoles, 9 de febrero de 2011

DIOS ES AMOR Y POR ESO MATO EN SU NOMBRE:


                Anoche estuve contemplando una película referente al integrismo islámico y sus relaciones con los no musulmanes y musulmanes mas moderados.              La verdad que es aterrador  ver a donde llevará todo esto, pero más triste es ser testigo de que eso no solo pasa fuera de nuestras fronteras con los musulmanes, dentro de nuestros barrios en nuestras propias familias muchas de las veces nos encontramos con Cristianos, católicos o no, cuyo fanatismo nubla la razón, cegando cualquier atisbo de inteligencia en sus mentes, intentando imponer sus creencias, que no compartirlas y utilizando la biblia entendida según su conveniencia, apuntalando sus insensateces a base de versículos sacados de contexto.                   La creencia de que “el que no es de mi doctrina se irá al infierno de cabezota” sustentada en “el que no está conmigo, está contra mi”,solo obedece a una estrategia de “fidelización del cliente” por parte de los jerarcas de las distintas iglesias desde el principio de los tiempos.           Lógico, si la Texaco pudiera decir de forma creíble que la gasolina del resto de las petroleras daña el motor o Toño Rosario que el resto de las melodías dañan los tímpanos tenga por seguro que lo harían.                  Lo cierto es que Jesús jamás fue a ningún templo de las muchas religiones que existían en aquellas épocas por todo el imperio romano a tirar sus ídolos al suelo, la única vez que hizo algo parecido fue en el propio templo de Jerusalén por la banalización de la casa de su Padre, el dijo bien claro que venía a salvar a los pecadores, aquellos justos que siguieran sus propias doctrinas no eran de su interés.   A mi entender, la religión es un fenómeno cultural ante todo, obedece a la forma en que las diferentes sociedades definen algo tan inexplicable como Dios y Dios “existe”, claro que sí,  cada cual tenemos una perspectiva diferente de él según nuestras propias experiencias personales y todas ellas igual de verdaderas e imprecisas.       
     Les puedo garantizar que a pesar de ser Católico, he encontrado a mi Dios en los ritos de muchas otras confesiones y hasta hoy jamás me he sentido ajeno a ninguna de ellas; por desgracia, desde el principio del propio judaísmo y sobre todo a partir de el cristianismo, la Fe se ha utilizado como herramienta de manipulación de masas “el opio del pueblo” y sus libros sagrados adaptados a los intereses de los poderosos (quizá otro día hablemos con más profundidad de ese tema), ya es hora de que busquemos a Dios donde realmente se encuentra, no en las cárceles de piedra lujosamente engalanadas, el templo al que siempre se ha referido es nuestra alma y solo desde ella podemos encontrarlo a El y nuestra propia eternidad; dejemos que cada cual busque su propia verdad, no por ser condescendientes, es que es igual de válida que la nuestra; solo así será, la religión, un trampolín para elevar nuestra especie por encima del animal más o menos evolucionado, hacia el espíritu que realmente nos hace hijos del mismísimo Dios y hermanos de Jesucristo, les pongamos el nombre que más nos guste.

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