lunes, 31 de enero de 2011

4% PARA EDUCACION, Y…. ¿QUE ES EDUCACION?.


En los últimos meses, por todos los medios nacionales de comunicación, nos han bombardeado hasta la saciedad con una campaña mediática referente al 4 % para la educación a la que, desde luego, ha de tener derecho todo dominicano.  Por otra parte se armó otro revuelo sobre la conveniencia o no de unificar los libros de texto en un solo método común a todos los centros.                       Estos debates son muy positivos y trasparentan la vida pública de nuestros representantes, pero temo esconden intereses mucho mas oscuros de los que brillan en su superficie. De todas formas sobre estas cuestiones tan politizadas no me considero con suficientes datos como para poder opinar, pero evocan ideas y consideraciones que quizá deberían ser la raíz del debate y que responden más a objetivos claros y horizontes definidos que a intereses puramente económicos o de poder.
Vulgarmente entendemos como educación a la labor de enseñar, hablando en plata, hacer a todo el mundo, médico, ingeniero, abogado, etc; carreras ya saturadas en las que sus profesionales terminan dedicados a otros menesteres o trabajando por un plato de sopa.  Con la falta que hacen buenos plomeros, carpinteros o albañiles profesionales.
Por otra parte, se ha descuidado mucho la educación cívica frente al almacenamiento de datos poco mas que inservibles en el día a día y quizá esta orientación sea la fuente de muchos fracasos en la comunidad.
Si lo que pretendemos es formar ciudadanos respetuosos, sensibles a los problemas sociales, preparados como personas, independientemente de su orientación profesional o capacidad técnica, no creo sigamos el camino adecuado.        Si lo que deseamos es formar individuos obsesionados por el dinero, el poder y la proyección social, para quienes los términos honor, patria, dignidad, familia, y paz carezcan de significado, vamos muy bien; ahora estamos siguiendo los pasos de una sociedad en colapso, donde el único delito es fracasar y matar, mentir o robar son partes indispensables del éxito; y quien no crea que está en colapso que abra los periódicos y analice las noticias.
Claro está que un ciudadano preparado, conocedor de sus derechos, no admite las amenazas de un policía bravucón, claro está, no admite el juego de corrupción de un funcionario y menos vende su sagrado derecho al voto por un salami o una gallina.           Este ciudadano exige a sus gobernantes  que cumplan con sus programas electorales y saca de su sillón, por las greñas de ser necesario, al representante que se desentiende de sus obligaciones, sabedor de que solo de el irradia el poder y responsabilidad sobre la marcha del país y es el quien, siguiendo su criterio, los delega en los políticos por voluntad expresada en las urnas.    Este ciudadano es realmente libre y quizá eso no sea tan interesante para muchos. Mejor es desplegar una cortina de humo que lo empañe todo, promulgar constituciones que nadie entienda y que sirvan para dar forma legal a nuestras pretensiones inmorales, cartas magnas que podamos amoldar posteriormente a nuestra conveniencia futura, dar discursos cargados de demagogia sin sentido alguno y salir cada campaña montados en jeepetas deslumbrantes repartiendo abrazos y saludos a los que olvidaran tras las elecciones, pueblos que tan solo esperan las migajas del festín al que tienen pleno derecho. Quizá sea mejor mantener a todos ciegos y destacar por tuerto, puede que sí, pero no gobernaremos un país, tan solo pastorearemos una manada de ovejas.
Por desgracia esa es la opción prevaleciente y solo podemos cambiarla por nuestra cuenta, cada uno de nosotros, dejando de mirar a otro lado. Ya pasó la hora de los Duarte, Bolivar y tantos otros que arrastraban las masas en pos de luminosos ideales de libertad, es el tiempo de formar ciudadanos dispuestos a hacer de este un país ejemplar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario